13.4.13

Un verso para el Errante

¿Qué peor castigo hay que ser extranjero en tu propia tierra?
 La respuesta es clara. Ser extranjero en tu propio corazón.
Quien es ajeno a su propia vida no vive realmente.
 Quien es ajeno a su propio mundo habita en la nada: no existe.
¿Qué es vivir en paz?
 Una contradicción sin más.
No puedes librarte de tu esencia,
 acepta tu condenación de ser eterno viajero.

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