¿Qué peor castigo hay que ser extranjero en tu propia tierra?
La respuesta es clara. Ser extranjero en tu propio corazón.
Quien es ajeno a su propia vida no vive realmente.
Quien es ajeno a su propio mundo habita en la nada: no existe.
¿Qué es vivir en paz?
Una contradicción sin más.
No puedes librarte de tu esencia,
acepta tu condenación de ser eterno viajero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario