21.9.12

"El fin del mundo"


Parece ser que este es el día de sacar los trastos del baúl... un trabajo más.








tema: fin del mundo
publico: todo el mundo que pueda escucharlo
tiempo: el dia del fin del mundo
lugar: siendo televisado desde algún organismo internacional como la ONU




La hora ha llegado.
El día de hoy la hora ha llegado; la hora del fin del mundo.
Cuánto se había especulado, cuánto se había hablado, cuánto se había predicho acerca de este día, el último día. Pocos acertaron, mientras que muchos erraron, pero esto ya no importa, la destrucción se acerca a cada segundo y nada podemos hacer al respecto.
La luz, aquella luz que todos podemos ver, que transforma la noche en día y que en el alba y al mediodía aún sigue presente, es Lucifer.
Sí, ese resplandor es Luzbel, el dador de luz, la estrella matutina. Cual presagio venidero, ha resultado ser que el inicio es también el final y la primera rebelión astral será también la que nos reúna con nuestro origen, nuestra escencia primigenia.
Del polvo venimos y en polvo nos convertiremos, después de todo no somos más que polvo de estrellas y eso seguiremos siendo hasta el fin de los días.

Seré breve: nada se puede hacer para cambiar el pasado y nada obtendremos por lamentarnos ahora de las decisiones ya tomadas. No hay buenas ni malas acciones, simplemente elegimos, tomamos caminos a lo largo de la vida. Y ahora que nuestra vida, la vida de todos nosotros está por acabar, intentar desandar los pasos ya andados es absurdo. E imposible. Es por eso que ahora debemos mirar hacia atrás con sabiduría y aceptar las cosas, recordar todo aquello que nos es grato, abrazarlo un momento y dejarlo ir junto al resto de los pensamientos.

Nadie, por religioso o creyente que sea tiene una certeza absoluta de si existe realmente algún dios o vida después de la muerte, por lo que orar ahora, en este momento, carece de lógica. Rezar no va a salvarlos, encerrarse en ustedes mismos para recitar una interminable letanía sin sentido a algo que nisiquiera saben si existe es sólo una perdida de tiempo.

En momentos como este deben compartir con quienes los rodean, estar con su familia, sus amigos, sus seres queridos o aquellos que los hacen felices. Ya sea un recuerdo, un pensamiento o alguien a quien abrazar. El dinero y las cosas materiales nunca les dieron felicidad y no lo harán ahora, así que dejen eso de lado y ocúpense de lo verdaderamente importante: ustedes.

Tener miedo es normal, pero cómo nos enfrentamos a él es decisión nuestra. Nosotros elegimos si nos desesperamos o si nos mantenemos en pie. Desesperarse es la mejor forma de hundirse; ser valientes es reconocer nuestros miedos y enfrentarlos. Lo que hay que hacer ahora, en este preciso momento, es tomar nuestras vidas y repasarlas cual cuaderno viejo. Admirar nuestros errores y nuestros logros, toda la historia ya andada, y de eso extraer algo: una enseñanza. Aprender directamente de lo ya vivido, rescatar una moraleja, algo que le de sentido al poco tiempo que nos queda por vivir.

¿Cuánto tiempo queda? Horas, tal vez minutos. Pero, ¿Acaso importa realmente? Lo que nos resta vivámoslo a tope, desbórdense ustedes de sus cuerpos en mente y alma. Lo que con esto quiero decir es que deben ser felices. Seamos felices por haber vivido; por tener la capacidad de pensar, sentir, imaginar, de asombrarse; porque tuvimos oportunidades, porque nos equivocamos, porque aprendimos. Seamos felices porque crecimos y creímos.

En este último momento no queda más que ser felices por el simple hecho de que podemos serlo. Después de todo la razón de ser del ser humano siempre fue la búsqueda de la felicidad.
He dicho.

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