Las cosas siguen igual que siempre:
la vida no tiene sentido; pero la muerte tampoco.
Más que nada estoy cansado, cansado y aburrido:
me cansa la vida, me aburre la muerte.
Me hastía la existencia de mi hastío;
me hastía mi vida, me hastía mi muerte.
Y siento que estas palabras ya han sido escritas
y que estos versos ya han sido cantados.
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