Goya dice que "el sueño de la razón produce monstruos"; éstos en nuestra mente se manifiestan.
Sin embargo, cuando se apaga la razón, somos nosotros mismos los que nos convertimos en monstruos.
La humanidad de la monstruosidad está a un paso de distancia, y es que sólo el hombre es capaz de convertirse en monstruo, ni animal ni humano, algo que va en contra de la naturaleza, una abominación que no debería hacerse manifiesta salvo en nuestras peores pesadillas, de las cuales deberíamos aprender que no hacer (para seguir siendo humanos).
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