Y pasan rápidos los años; y el tiempo olvida, pero no la memoria; y el corazón se resiente, pero se aprende de los errores; y me hago más grande, porque el dolor empequeñece y porque aún no estoy dispuesto a rendirme; y te veo reír, y quiero alegrarme, pero el frío es demasiado intenso; y me siento llorar, cuando mi pecho gime desesperación; y quiero crecer, quiero creer; pero apenas puedo ver, qué hablar de sentir, ni pensar en sonreír.
Y pienso. Y me río.
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